¿Alguna vez has sentido que, sin importar cuánto te esfuerces, hay un techo invisible que limita tu alegría, tu prosperidad o tu paz interior? Trabajas, te cuidas, meditas, pero aun así percibes una especie de bloqueo, como si el flujo natural de las cosas buenas de la vida no llegara a ti con la fuerza que debería.
Si esto te resuena, quiero compartir contigo un concepto que transformó mi manera de entender la vida. Es una idea que he encontrado en mis años de estudio de la sabiduría antigua, especialmente de la Cábala, y que aplico tanto en mi vida como en mi trabajo de coaching. La llamo «La Bóveda Abierta».
Imagina que existe una bóveda de energía divina, una fuente inagotable de todo lo bueno que anhelas. Cuando esta bóveda está abierta, fluye hacia ti una corriente infinita de alegría, paz, claridad, abundancia y propósito. El secreto, sin embargo, no está en encontrar la combinación para forzarla, sino en entender qué la mantiene abierta de par en par. Y la respuesta es tan simple como profunda: la bóveda se abre cada vez que compartes de forma auténtica, y comienza a cerrarse cuando actúas solo para ti.
El Secreto No es Pedir Más, Sino Alinearte con el Flujo
Para comprender cómo funciona esta bóveda, la Cábala nos ofrece un mapa muy claro de la creación, basado en dos fuerzas primordiales:
- La Luz del Creador: Una energía infinita cuyo único deseo es dar, expandirse y compartir sin límite alguno.
- La Vasija (nosotros): Fuimos creados con el único propósito de recibir esa Luz maravillosa.
Aquí surge una pregunta lógica: si la Luz siempre quiere dar y nosotros fuimos creados para recibir, ¿dónde se produce el cortocircuito? El problema surgió cuando la Vasija, en su deseo de recibir, quiso hacerlo solo para sí misma. Este acto de egoísmo puro generó una desconexión, un vacío. Es lo que los cabalistas llaman el “pan de la vergüenza”, esa sensación incómoda de recibir algo que sentimos que no nos hemos ganado, lo que nos hace sentir pequeños e indignos.
La solución a esta separación es una tecnología espiritual elegantísima: transformar nuestro deseo de «recibir para uno mismo» en un deseo de «recibir para compartir». Cuando hacemos este cambio de conciencia, nos alineamos con la naturaleza de la Luz. Dejamos de ser un pozo estancado y nos convertimos en un canal de flujo constante. Y es esa alineación, esa afinidad con la fuente, lo que abre y mantiene la bóveda.
«Ama a tu Prójimo como a Ti Mismo»: La Tecnología Espiritual Definitiva
Esta famosa frase, que a menudo se interpreta como un simple consejo moral, es en realidad una de las instrucciones más poderosas para mantener la bóveda abierta. No se trata de una teoría blanda ni de un acto de sacrificio. Es una tecnología espiritual que nos invita a reconocer que el otro es, en esencia, una extensión de nosotros mismos.
Piénsalo de esta manera: si cuidas tu bienestar, buscas activamente el bienestar del otro. Si te das prioridad a ti mismo de una forma sana, también le das esa misma prioridad al prójimo. Este acto no te resta energía ni recursos; al contrario, multiplica el bien para ambos. Te conviertes en un practicante de lo que la Cábala llama «codicia al revés»: ya no deseas acumular solo para ti, sino que anhelas recibir más Luz y más abundancia con el único propósito de poder compartir más.
5 Pasos Prácticos para Mantener Tu Bóveda Siempre Abierta
Entender la teoría es el primer paso, pero la verdadera transformación ocurre en la práctica diaria. Aquí te comparto cinco pasos concretos, basados en esta sabiduría milenaria, para que empieces a vivir con la bóveda abierta.
1. La Pausa Consciente: El Poder de la Restricción
Cada vez que sientas un deseo intenso y urgente (de comprar algo, de obtener reconocimiento, de responder con ira), no actúes de inmediato. Haz una pausa consciente. Este simple acto, llamado tzimtzum en la Cábala, crea un espacio entre el estímulo y tu reacción. En esa pausa, puedes reconocer: “Este deseo es energía de la Luz, pero mi primer impulso es usarlo para mi ego”. Esa pausa te devuelve el poder de elegir.
2. La Intención es el Timón: ¿Ego o Alma?
Antes de actuar, especialmente en decisiones importantes, pregúntate con honestidad: «¿Lo que voy a hacer se alinea con compartir y aportar valor, o solo está alimentando mi ego?» Si la respuesta es ego puro, como la necesidad de demostrar que tienes la razón, espera. Si puedes transformar esa acción para que también beneficie a otros, entonces procede con toda tu fuerza.
3. El Hábito de Compartir: Tiempo, Recursos y Conciencia
El compartir debe ser una práctica constante, integrada en tres áreas clave de tu vida:
- Tiempo: Dedica una porción de tu día o tu semana a dar sin esperar absolutamente nada a cambio. Puede ser escuchar a un amigo, ayudar a un colega o ser voluntario.
- Recursos: Utiliza una parte de tu abundancia (dinero, conocimientos) para sembrar en otros de manera inteligente y consciente.
- Conciencia: Este es el más sutil y poderoso. Trata a la otra persona con la misma prioridad real que te das a ti mismo en una conversación, una negociación o cualquier interacción.
4. La Gratitud que Alimenta el Flujo
Cada día, toma un momento para agradecer al Creador, al Universo o a la Vida por la simple oportunidad de poder elegir compartir. Reconocer que tienes el poder de decisión para abrir la bóveda no solo te llena de humildad, sino que fortalece tu Vasija y mantiene el flujo de Luz activo y constante.
5. Sanando el «No Merezco»: La Co-creación con la Luz
Cuando compartes con intención, eliminas de raíz la sensación de «no merezco» o el «pan de la vergüenza». Ya no estás recibiendo de forma pasiva o «gratis»; te has convertido en un socio activo, un co-creador con la Luz. Por esta razón, puedes recibir más y más bendiciones sin que la bóveda se cierre, porque cada cosa que recibes ya tiene un propósito más elevado: ser un vehículo para compartir aún más.
La Regla del 35%: Llevando la Teoría a la Práctica
Para que todo esto no se quede en una bonita filosofía, te propongo un compromiso práctico: la regla del 35%. Consiste en dedicar al menos un tercio de tu energía destinada a tu crecimiento personal a un acto de compartir real y medible. Por ejemplo:
- Tiempo: Bloquea en tu agenda de 2 a 3 horas semanales para guiar, servir o ayudar a alguien sin esperar un retorno inmediato.
- Atención: En tus conversaciones importantes, dedica conscientemente un tercio del tiempo a escuchar activamente, validar al otro y ofrecer claridad, en lugar de solo hablar de ti.
- Recursos: Si tienes un presupuesto para tu desarrollo, aparta un tercio para «sembrar» en otros, ya sea a través de donaciones, becas o creando contenido de alto valor para tu comunidad.
Una Advertencia Importante: Compartir No es Sacrificarte
Quiero ser muy claro en este punto. Mantener la bóveda abierta no significa anularte, complacer a todo el mundo o dar hasta quedarte vacío. Eso no es compartir, es autodestrucción. Tu salud, tu paz mental y tu estabilidad financiera son lo primero, porque no puedes dar desde el vacío. El verdadero compartir es sostenible, se hace desde la abundancia y con límites claros y sanos.
Un Ritual Diario para Sellar Tu Intención
Para anclar esta práctica, te comparto un sencillo ritual que puedes adaptar:
Por la mañana: “Hoy elijo compartir con intención y alegría. Honro mis límites y mi energía. Mi ego se debilita, mi alma se fortalece. Mantengo la bóveda abierta.”
Por la noche: “Gracias por la oportunidad que tuve de compartir hoy. Suelto lo que no suma y recibo lo que multiplica. Descanso en paz con la bóveda abierta.”
La bóveda no es un lugar físico, sino una metáfora de la Luz infinita que está siempre disponible para nosotros. Cuando eliges vivir con la bóveda abierta, tu vida deja de ser una lucha gobernada por el ego y se convierte en un baile fluido con la abundancia del Creador. La elección es tuya, cada día y en cada momento.
Si este concepto resuena contigo y quieres explorar cómo aplicar estos principios de propósito y abundancia en tu vida de una manera más profunda y personalizada, me encantaría conversar contigo. Puedes escribirme directamente a mi WhatsApp y exploramos juntos tu camino.
Con Cariño,
Alejandro Herryman
«Alejandro Herryman es un experto en Astrología de Viajes y Astrocartografía, con más de 12 años de experiencia. Tras años de estudios y práctica, ha ayudado a innumerables personas a descubrir los mejores lugares para vivir, prosperar y encontrar el equilibrio en sus vidas. Con una carrera inicial como abogado y empresario, Alejandro decidió seguir su verdadera pasión por la astrología y el crecimiento personal. Hoy, comparte su conocimiento y experiencia para guiar a otros hacia los lugares que más favorecen su propósito de vida y bienestar.»